El arte africano ocupa un lugar insólito en el concierto de las culturas mundiales. Alguna vez considerado "primitivo" por los invasores coloniales, hace tiempo que ha sido reconocido y elogiado por su sentido altamente desarrollado del diseño y la estética. Se interesa a menudo en cuestiones morales y espirituales vitales en la condición humana y tiene frecuentemente una función ritual o religiosa, sea en máscaras, figuras ancestrales, cerámicas, la cestería, la metalurgia o las armas. Las piezas de este volumen, datables sólo con dificultad, presentan ejemplos de cada región del continente [de Mali, la República Democrática del Congo y la República del Congo, así como de una docena de otros países, incluidos Madagascar y Sudáfrica], demuestran la variedad del arte africano, y describen su trasfondo social y religioso. Stefan Eisenhofer, etnólogo e historiador, dirige el departamento africano del Museo de Etnología de Múnich desde 2001